Tal y como avanzó el distrito de Ciutat Vella, la intención de poner coto a los apartamentos turísticos que tantos males de cabeza han causado en el último mandato se ha vertebrado en la obligatoriedad de agruparlos en edificios exclusivos destinados a ese fin. De esa manera se evitarán las molestias que generan en muchas comunidades de vecinos, hartas del trasiego de turistas a todas horas en la finca. Para acogerse a la norma, para empezar, habrá que formar parte de los 653 legalizados en el distrito.
Todos los propietarios (muchos de ellos tienen más de un piso) tendrán que cumplir este requisito antes de seis años, o bien cesar su actividad, de la que se podrán seguir lucrando hasta que finalice el plazo establecido. La concejala Itziar González aseguró que el distrito dispone de fincas vacías que se pueden destinar a este uso, empezando por alguna de las 10 que se dedicaban por completo al turismo y que tuvieron que cerrar algunos de sus pisos por no tener licencia. Aquí podrían acomodarse otros sí autorizados.
También se pueden instalar en fincas sin vecinos y que pasen a tener este uso exclusivo.
Desde abril del 2008, Ciutat Vella ha cerrado 730 apartamentos que funcionaban ilegalmente (no estaban registrados tal y como ordenó el ayuntamiento). En la actualidad se tienen controlados otros 256 sin licencia, sobre los que se está actuando. La mayoría se detectan tras las denuncias de residentes por ruidos o molestias de los usuarios.