Las amenities de los hoteles se han convertido en preciados souvenirs para los turistas, sobre todo en estos tiempos que corren en los que los bolsillos se resienten. Ya están allí para eso. Pero, con la crisis económica global los brazos se han vuelto más largos, incrementando notablemente el número de hurtos.
Los hoteles dan manga ancha a los amenities
Toallas, albornoces, zapatillas, mandos de la televisión, pilas, guías telefónicas, bolígrafos, colchas de las camas, y hasta secadores son algunos de los objetos que, de forma inesperada, desaparecen de las habitaciones. Por ejemplo, el director de un hotel vigués ha asegurado que se llegaron a llevar los espejos de aumento de los cuartos de baño.
Tal es la situación que incluso en el Gran Hotel Samil, también en Galicia, este año tuvieron que reponer todas las toallas y aplicar un deposito económico que cubriese el importe de la prenda en caso de sustracción. Depende de las personas, aunque también se achaque a la crisis; sobre todo lo hace gente mayor que está acostumbrada a coger todo lo que puede porque en algún momento de su vida pasó necesidad, consideran desde el turístico centro de alojamiento. En concreto, se cifra el aumento de los hurtos en un 25 por ciento en los Últimos meses.
Arramplar lo que pueden y más. Sirve todo lo que tenga algo de aprovechable. Roban de todo, de todo. Con esto de la crisis económica es verdaderamente horrible. No damos a basto para reponer todo lo que se nos llevan, relata una anónima limpiadora. Hay una pareja de amantes de Chapela que, cada vez que viene, se marcha hasta con el papel higiénico del armario de repuestos, expresa muy indignada en declaraciones publicadas por el Faro de Vigo.
Los productos envasados de los comedores de los hoteles también se volatizan. Aguas, bollera, zumos, son algunos de los alimentos que pasan de la mesa al bolso en un visto y no visto. Ayudando a convertir un desayuno en almuerzo y cena.